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¡Qué bella eres, amada mía!
¡Qué bella eres! Tus ojos son palomas tras tu velo.
Tu pelo es como rebaño de cabras
descendiendo corriendo del Monte Gilead.
2 Tus dientes son como un rebaño de ovejas trasquiladas
que han salido de ser lavadas;
cada una de ellas es apareada,
y ninguna falta.[T 3:5; He 10:22; Re 1:5 ]
3 Tus labios son como hilo escarlata,
y tu boca es hermosa.
Tus mejillas son como granadas
cortadas a la mitad detrás de tu velo.
4 Tu cuello es como la torre de David,
edificada magníficamente,
en la cual cuelgan mil broqueles,
cada uno un escudo de un guerrero valiente.
5 Tus dos pechos son como dos cervatos
gemelos de la cierva paciendo entre los lirios.[1P 2:2]
6 Cuando la brisa fresca del día empiece
y las sombras se alarguen,
yo iré a los montes de mirra
a la colina del incienso.[14] [He 13:5; 2P 1:19]
7 Todo en ti es bello, mi amada;
eres sin defecto.[15]
8 Ven conmigo desde el Levanon, mi esposa,
ven conmigo desde el Levanon.
Desciende desde las alturas de Amanah,
desde las alturas de Senir y Hermon,
desde las guaridas de los leones
y de las colinas donde rondan los leopardos.[16]
9 Mi hermana, mi esposa,
¡te has robado mi corazón![17]
Con sólo una mirada, con una cuenta de tu collar
te has robado mi corazón.
10 Mi hermana, mi esposa,
¡qué dulce es tu amor!
¡Cuánto mucho mejor tu amor que el vino,
más fragante tus perfumes que ninguna especia!
11 Tus labios, mi esposa, destilan miel;
miel y leche hay debajo de tu lengua;
y la esencia de tus vestidos es como
la esencia del Levanon. 12 Mi hermana, mi esposa, es un jardín cerrado,
un estanque cubierto, una fuente sellada.[Ef 1:13; 4:30]
13 Eres un huerto que tiene granadas
y otros frutos preciados, alheña y nardos –
[Ga 6:7]
14 nardo, azafrán y caña aromática,
canela, y todo tipo de árbol de incienso,
mirra, áloes, y todas las mejores especias.
15 Tú eres una fuente de jardín,
un manantial de agua corriente,
fluyendo desde el Levanon.
[Ella] 16 ¡Despierta, viento del norte! ¡Ven, viento del sur!
Sopla sobre mi jardín para esparcir su fragancia.
Deja que mi amada entre en su jardín
y coma sus mejores frutos.[18]